El Blog de María

Cuando la tarde se posa en mi ventana
canta una calandria en el árbol desierto de flor,
es el cristal la acera donde el viento se posa
y el sauce en la laguna aguarda su sueño de luna.
El campo brilla con la luz del sol después de bañarse con la lluvia.
En la vereda se aquieta el ajetreo, es hielo el invierno.
Desde mi encierro contemplo a la tarde que viene a visitarme
y a los gorriones que se acercan al umbral a comer migas de pan.
El zorzal entona sus últimos trinos, ya está presto en el nido.
Las sombras acechantes buscan refugio en la noche
sobre un cielo vestido de rojo atardecer que se enciende en el horizonte.
Como un animal herido dejo que me acaricien los últimos rayos de luz,
la noche vendrá con sus fantasmas a acompañar mi soledad,
como agua y arena estamos ligadas en distantes sonidos de eternidad.