lunes, 23 de agosto de 2010
Desvanezco mi sueño
en el constante murmullo de mis recuerdos,
pierdo toda lucidez, ante el sabor que no muere
de tu beso último, de tu abrazo.
Congelo esa mirada de adiós
ondeando el horizonte
como ave fénix moribunda
pero con destellos de vida,
de una nueva ilusión.
Tal vez le robe al silencio
algo de tu música, de tu canción de amor
melodía única que se canta al compás,
al ritmo desenfrenado de mi razón.
Regresas noche a noche
cuando la oscuridad es mas bella que el sol,
donde reina el mundo interior,
tu palacio de color te extraña
desde mi corazón.
Yo sigo aquí,
perdido en el eco armonioso de tu sonrisa
hasta que el tiempo decida borrar
de la existencia, este colosal sentimiento
que tarde o temprano
se convertirá en costumbre
habitando el mundo irreal del recuerdo,
los sueños fallidos
y el desconsolado amor.
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