lunes, 23 de agosto de 2010
Podría abrir mis ojos
e iluminar a mi estrella
que se consume de desamor.
Enamorarla con una canción,
hacerla que entre suspiros
diga mi nombre
y se sonroje de emoción.
Podría decirle entre trinitarias:
¡Te amo, amor mío!
o
¡Eres el latido perpetuo
que susurra mi corazón!
Podría abrir mis ojos
y que ella sepa
de que color realmente son.
Podría hacerlo,
si, podría hacerlo;
pero eso,
ya no es amor.
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