
En el corazón, aunque dormido
siempre brilla una esperanza
seca, fría y llena de añoranza
rebuscando el afecto perdido.
En el cielo mis labranzas
llenando todo de expresión
que me lleva en tu dirección
colmándome de desesperanzas.
Y en la tierra los suspiros
que se colman de acciones
y envuelven mis reflexiones
embriagándome como zafiros.
En el alma que queda desolada
voy desenterrando el aislamiento
desperdiciando el conocimiento
quedándome muy desorientada.















GRACIAS
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces,
y viven en tu vida mis infinitos sueños.


















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