
En el corazón, aunque dormido
siempre brilla una esperanza
seca, fría y llena de añoranza
rebuscando el afecto perdido.
En el cielo mis labranzas
llenando todo de expresión
que me lleva en tu dirección
colmándome de desesperanzas.
Y en la tierra los suspiros
que se colman de acciones
y envuelven mis reflexiones
embriagándome como zafiros.
En el alma que queda desolada
voy desenterrando el aislamiento
desperdiciando el conocimiento
quedándome muy desorientada.
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