

Vivirás en mis recuerdos,
mientras recuerdos mantenga.
Persistirás en mis olvidos,
aunque olvide por olvidarte.
En mis momentos de locura constante
y de febril prudencia,
siempre serás tú el motivo,
de mis llantos insonoros y mis risas candorosas,
mis lamentos, mis silencios.
Te eternizarás en mis adentros
por siempre y jamás
por ser lo prohibido, lo perfecto y lo imperfecto,
a las 11 y 2 minutos de una noche de domingo.















GRACIAS
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces,
y viven en tu vida mis infinitos sueños.


















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