
Para ese ser que nos alienta en cada momento,
cubriendo espacios y entregando sabiduría;
asiendo con firmeza la mano en cada situación,
regalando la ternura de la madurez creciente.
Eres mi padre adorado, el que me sabe entender,
aquel que sabe de mis desvelos y tristezas;
sol que ilumina las mañanas a veces tan densas,
creador de la vida que ahora recorro feliz.
Maestro incondicional en el aula plena y eterna,
de la huella recta que sueles recalcar y enseñar;
amor sin medida es el que regalas a tu paso,
risas y caricias siempre en tu gran remanso.
Virtuoso ser que no deja de mecer los vaivenes,
entre las olas calmas apareces triunfante,
otorgando tu sapiencia en el libro sellado,
olas voltean tu paso en andariveles dorados.
A ti te dedico mi mensaje padre adorado,
aunque no estés físicamente ya a mi lado;
en el horizonte lo leerás con llanto reprimido,
nubes grises siempre serán mi único testigo.















GRACIAS
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces,
y viven en tu vida mis infinitos sueños.


















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