
Así, calladamente
sin grandes estridencias
dejaré de quererte
casi sin darte cuenta.
Dejaré de sentirme
muñeca, entre tus brazos,
dejaré de temblar
por tus caricias nuevas.
Y así... pausadamente
como llega la noche
aún estando a tu lado
comenzaré a estar muerta.















GRACIAS
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces,
y viven en tu vida mis infinitos sueños.


















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