
No le llames poema,
ni verso.
Llámale grito
de guerra en mi adentro,
o añoranza de un tiempo
sin ritmo.
Soy como el viento
que cambia y hace goteras.
Llámale tiempo o deseo.
Es mi alma, que habla,
cuando resucita de las cenizas.
Di que es mi salvavidas,
en donde me agarro,
en donde respiro,
en donde me arrastra
el caudal río.
Llámale… espejismo.
En ella me arranco el alma
y mido el tiempo.
Con lujuria dejo fluir letras.
Llámale… búsqueda,
procesión de palabras
desnudas.
Dejo la emoción que me embarga
en signos, positivos…
o negativos.
Llámale… vida…















GRACIAS
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces,
y viven en tu vida mis infinitos sueños.


















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