Si no vengo con el apremio escondido a esta orilla.
No es porque el motivo se pinte de gris brumoso.
Sino que el sedimento se hace metal precioso
y se saborea la copa hasta la médula de los hallazgos.
No me tengas por pasiva en mis entregas,
porque al hartazgo no llegaré jamás desgranando
la nota que me tiñe las manos.
Te imploro la parcela que me corresponde como dos,
que no es ni mas ni menos que la mitad de la tuya.















GRACIAS
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces,
y viven en tu vida mis infinitos sueños.


















1 comentario:
Precioso!!!
Siempre es un placer visitarte cielo.
Besitos
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