miércoles, 3 de marzo de 2010
DA MIEDO AMAR SIN MUCHA PENA
Yo no puedo tenerte ni dejarte,
ni sé por qué, al dejarte o al tenerte,
se encuentra un no sé qué para quererte
y muchos si sé qué para olvidarte.
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Pues ni quieres dejarme ni enmendarte,
yo templaré mi corazón de suerte
que la mitad se incline a aborrecerte
aunque la otra mitad se incline a amarte.
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Si ello es fuerza querernos, haya modo,
que es morir el estar siempre riñiendo:
no se hable más en celo y en sospecha
y quien da la mitad, no quiera el todo;
y cuando me la estás allá haciendo,
sabe que estoy haciendo la deshecha.
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