
Aún con los años, tu mirada recordaré,
entre estrellas fugaces, te miraré
en el silencio de las noches, tu voz escucharé,
tu amor brillará, entre luceros te amaré.
Tus manos rozándome, suaves y etéreas,
en un mástil una gaviota, que no sabe volar,
se cree la dueña del barco a zarpar,
nunca alza anclas, no hay puertos donde llegar.
Con alas imaginarias, regresarás,
como mariposa, en una rosa,
tocaré tus alas, primorosas,
y tu suave perfume, me regalaras.
Aún con los años, te sentiré,
te dibujaré en un lienzo, siendo feliz,
aunque seas historia, y no estés aquí,
mi alma y tu alma, libres al fin.















GRACIAS
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces,
y viven en tu vida mis infinitos sueños.


















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