
Nuevamente con la verdad a cuestas
Totalmente incomprendida
E impotente
Anclada a una ciudad que no me mira
Soportando el gran pecado de los dioses
Y los brujos
Tan sólo por querer calmar el fuego
De nada vale que me ancle a la leyenda
Y pretenda zarpar a un nuevo día
Hay mucha oscuridad en el espejo
Muchas lenguas aparentemente incautas
Derramando ingratitud y prepotencia
¿Cómo podré quitarme la desidia
Que persistente quema mis dominios?
¿Cómo poder volver a ser oído reacio
Con tanto griterío acumulado?















GRACIAS
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces,
y viven en tu vida mis infinitos sueños.


















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