martes, 6 de abril de 2010
Huyendo de las sombras
Pasé por el nivel de tus pasiones,
me fuí siempre de tus manos vacías,
cruentas y a veces,
dulces...
Mis despertares no eran buenos contigo,
eran el comienzo del suplicio,
que uno busca,
de esa autodestrucción tan atrayente.
Te busqué donde no estabas,
no existías,
eras quimera,
ilusión,
espejismo maltratado.
Pero te quería,
mas cuando no estabas,
en el nivel de los recuerdos,
mejor te percibía...
Y revivía,
y moría una y mil veces por hacer que te fueras,
te extinguieras de mi alma,
que se acaba lentamente segandome de toda luz.
Siempre fuimos como fuimos,
nuestros pasos,
el pasado,
aquel cariño congelado.
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