
El camino hacia tu yo
es una telaraña sangrante
de párpados fríos,
un muro de miradas huidizas
- heridos hilos -
que camuflan callejones sombríos,
monótonos,
llorando piedras
tras un cruce de silencios,
se columpian lágrimas
- versos inacabados -
a paso lento.
A paso lento
se desdibuja el camino
errante
mudo.















GRACIAS
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces,
y viven en tu vida mis infinitos sueños.


















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